A continuación voy a exponer los
3 tipos de metodologías activas que me parecen más interesantes para generar
colaboración e integración de los alumnos en el aula:
- Aprendizaje cooperativo: se trata de un método de aprendizaje en el que la clase se organiza en grupos, para conseguir unos objetivos comunes a todos los los alumnos que conforman el grupo. Es decir, el profesor plantea una serie de preguntas sobre el tema que se tiene que trabajar, y el grupo de alumnos tiene que investigar con la información que poseen, y plantear las respuestas, las cuales más tarde, expondrán al resto de la clase. El equipo necesita el conocimiento y el trabajo de todos los miembros. En esta situación de aprendizaje, se buscan los beneficios para el conjunto del grupo, que lo son, también, para uno mismo. La recompensa recibida por el alumno, en el aprendizaje cooperativo, es equivalente a los resultados obtenidos por el grupo. Además, es importante decir que este modelo de enseñanza enfatiza la ausencia de competición.
- Aprendizaje basado en problemas: este método es parecido al cooperativo, ya que volvemos a agrupar a los alumnos para que trabajen en equipo. En este caso, el profesor les plantea un problema, y ellos, mediante la investigación del material que disponen tienen que encontrar la solución. Aquí los alumnos pueden empezar a trabajar desde los conocimientos previos que tienen del tema, puede, que estudiados en otra asignatura, además de, poder identificar los datos que desconocen.
- Aprendizaje basado en proyectos: El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que permite a los alumnos adquirir los conocimientos y competencias clave mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real. Los alumnos se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y desarrollan su autonomía y responsabilidad, ya que son ellos los encargados de planificar, estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión planteada. La labor del docente es guiarlos y apoyarlos a lo largo del proceso.
Todas estas metodologías activas
pretenden (a parte de que los alumnos sean los que construyan su propio
conocimiento) que intercambiando experiencias con los compañeros, los niños interactúen
socialmente con el entorno. Por tanto, se potenciarán las habilidades para las
relaciones interpersonales y emocionales, ya que para construir su propio
conocimiento, tendrán que confiar en la ayuda y en el conocimiento de los
demás. Fomenta la cohesión del grupo ya que los alumnos tienen tiempo de
conocerse en el ámbito de trabajo, y así la confianza en sus compañeros.
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